domingo, 27 de diciembre de 2009

Con faldas y a lo loco


En una de mis sesiones de cine navideño tuve ocasión de volver a ver "Con faldas y a lo loco" una de las películas de la gran Marilyn. Siempre me han apasionado las historias llenas de tragedia como la de esta mujer. La tragedia hace más humanos a los desconocidos.

Viéndola en pantalla me hizo pensar sobre el cuerpo femenino y sobre cómo los gustos de la sociedad cambian. Me encanta ver películas de aquella época porque las mujeres que aparecen en ellas me resultan más reales que las que veo ahora, al menos en lo que a físico se refiere. Aquellas mujeres no necesitaban meterse en una talla 36 para ser consideradas auténticas bellezas. Este es otro de los casos en los que creo que la sociedad ha evolucionado,pero a peor, el prototipo de belleza ha cambiado sin duda,pero ¿a qué precio?.

A menudo oímos casos de personas que fallecen por trastornos alimenticios, mujeres esqueleto pisando las mejores pasarelas del mundo...y parece que a muchos les importa,pero en mi opinión no deja de ser una doble-falsa moral, porque pasan los años y yo no veo que el panorama cambie. Hace años tuve la oportunidad de visitar la planta del Hospital de León en la que ingresan a personas con trastornos alimenticios. Fue una de las tardes más duras de mi vida por lo que allí vi. Cuando lo vemos por la tele nos quedamos como quien ve una película, pero no lo es cuando toca presenciarlo in situ.

Cuando veo a Marilyn veo un cuerpo saludable y proporcionado. Un cuerpo de mujer con curvas, caderas anchas y muslos con carne, y siento pena porque ese ya no es el prototipo que se lleva.
Cuando salgo por ahi a menudo cuando escucho a un hombre decir "mira qué tía más buena" refiriéndose a una mujer que más que mujer parece una escoba con abalorios, no consigo entender qué es lo que tiene de bello una mujer prácticamente plana que cuando la miras te da la sensación de que se romperá en cualquier momento. No las suelo considerar un prototipo femenino, ni siquiera puedo considerar que tengan cuerpos proporcionados (porque si no hay carne ya me dirás de dónde sacamos la proporción). Después no ayuda mucho el hecho de ver que todas van vestidas igual que los maniquís del Bershka o de cualquier tienda de ese estilo, tiendas en las que es casi misión imposible encontrar una talla 42.
Como diría mi madre: vista una, vistas todas.

En contraposición a esto, he de decir que también hay casos de hombres que me han dicho: "si la verdad es que tenemos esa costumbre de creer que la más buena es la que más delgada está o la que lleva la ropa más ajustada, pero cuando decidimos emparejarnos generalmente acabamos con chicas que tengan más donde agarrar" (esto dicho por un amigo mío que se casó recientemente). Quizá lleve razón, pero no me cuadra este planteamiento con lo que veo por ahí la mayoría de veces.

Suerte que me queda el consuelo de ver a alguna Marilyn del siglo XXI que consigue triunfar por encima de mujeres esqueletos por las que millones de hombres perderían la cabeza. Me viene a la mente Kate Winslet, que a mi modo de ver opino que es una mujer preciosa aunque no se meta en una 36. Tener algún kilo demás no tiene por qué ser malo, siempre y cuando no afecte a la salud.

Por mis palabras ha quedado claro que no soy la mujer-palo. Tampoco soy una Marilyn. Tengo mis kilos,pero al menos bien repartidos, y tengo la felicidad de no rendirme ante el espejo y ponerme a hacer una dieta que me acabe amargando la existencia. Que me llamen tía buena por la calle no se merece tal esfuerzo, ¡me compensa más comer chocolate a diario!. Lo importante es cómo se vea uno mismo, lo demás es secundario.

Así que estas Navidades si os hace felices pegaros comilonas y pasar olímpicamente de la dieta: hacedlo ¿por qué no?.

lunes, 21 de diciembre de 2009

365


365 días que nos dejará el 2009, a diez días de que finalice el año lo primero que viene a mi mente es lo rápido que se ha pasado. Muchas veces me han dicho que a partir de los 20 los años pasan volando...creo que tenían razón. Sin darme cuenta estoy mucho más cerca de los 30 que de los 20, y a pesar de ciertas cosas, han sido años bien vividos y aprovechados.

Este año nos toca vivir una Navidad al más puro estilo película de Hollywood,eso sí, con algo más de crisis (sólo hay que ver el alumbrado,pero al menos este año hay alumbrado). Rodeada de nieve cada vez que salgo a la calle estoy deseosa de volver a casa y pegarme al radiador, que la nieve es muy bonita y todo eso...pero mejor estar detrás de la ventana viéndola, con una buena taza de café y una manta sobre la espalda.

A veces no logro comprender qué encanto le ve la gente a estas fechas, cuando yo estoy deseando que se pasen lo antes posible. Navidad...esa época de amor y paz, cuando la gente con la que ya no te llevas de repente aparece de la nada y te dice "¿lo arreglamos?" y tú te quedas con cara de poker mientras imaginas que de repente les cae un piano encima, y piensas para ti "será que le ha visitado el fantasma de las navidades pasadas o el Grinch, y que si no venía a hacer las paces conmigo le han amenazado con algo". Siento ser así de sarcástica, pero realmente este tipo de cosas me puede. Un año da para mucho. Prefiero juntarme con mis seres queridos en cualquier momento del año simplemente porque me apetezca, no por una absurda obligación. Prefiero pegarme la comilona del siglo en cualquier otro momento, de hecho en Navidad pierdo el apetito y un par de kilos todos los años. Prefiero hacer las paces con la gente en otro momento también. Con razón muchos dicen aquello de "Feliz Falsedad", ¿es que no hay más momentos?.

Para mí estos días son época de balance de lo que el año ha traído y de lo que se lleva. No me puedo quejar de este año, aunque en algún aspecto ha sido movidito, me ha dejado muchas cosas aprendidas. Y yo he dejado muchas piedras que me obstaculizaban el camino. Puedo sentirme satisfecha. Recordaré 2009 como el año de Limpieza General.
La fortuna me permite tener a mi familia bien y felices, unos amigos a los que adoro que son también mi familia, un trabajo con el que estoy casada (será lo único con lo que soy capaz de comprometerme), alguien que me mantiene el corazón calentito (aunque muchas veces el calentón sea por enfados).

Y al año que entra le pido más paciencia para quienes no entienden que necesito tiempo para cambiar algunas cosas, le pido un puesto de trabajo para mi gente que oposita que se lo merecen,le pido que mi salud no nos dé más sustos, le pido tranquilidad para mí y para los que me rodean (sobre todo los que sufren en este momento), le pido elecciones anticipadas (por pedir que no quede, que está la cosa muy malita).

¿Y tú qué pides?

domingo, 13 de diciembre de 2009

Cuando el karma efectúa un revés...

karma.

(Del sánscr. karma, hecho, acción).

1. m. En algunas religiones de la India, energía derivada de los actos que condiciona cada una de las sucesivas reencarnaciones, hasta que se alcanza la perfección.

2. m. En otras creencias, fuerza espiritual.

No sé si alguna vez habreis visto la serie "Me llamo Earl", para los que no: se trata de un hombre que se pasa media vida delinquiendo y un buen día le toca la lotería, pero justo en ese momento es atropellado por un coche y su boleto sale por los aires. Mientras está en el hospital ve un programa en la televisión acerca de cómo el karma actúa dependiendo de si nuestros actos son buenos o malos. A partir de ahí comienza a realizar una lista con todas las cosas malas que hizo, para tratar de enmendarlas. Y así va arreglando desperfectos esperando que el karma sea generoso con él como recompensa.

El karma es de esas cosas que siempre me han llamado la atención, siempre escuchaba a mi abuela hablar de la "justicia divina" y de "quien la hace la paga".

A medida que pasa el tiempo me doy cuenta que aquellas palabras no iban tan desencaminadas. Observando casos que me han tocado de cerca, o a mí misma en alguna ocasión, me doy cuenta de que cuando hacemos algo malo a otra persona (y si es intencionadamente aún peor) esas fuerzas del universo que respiramos pero no vemos, se encargan de efectuar un trabajo minucioso, haciendo que paguemos por ese daño de alguna forma.

No puedo decir que yo no sea una persona vengativa, pero cuando alguien me hace daño, decido sentarme a esperar sin hacer nada, muchas veces ni siento deseo de que algún mal le ocurra a esa persona. Simplemente dejo pasar el tiempo, y una vez que el tema se ha quedado aparcado en algún rincón de mi "desmemoria" alguien aparece y me dice: "¿a qué no sabes lo que le ha pasado a fulanito?". En ese momento pienso: me alegro de no ser la causante de su desgracia. Y por otro lado intento no alegrarme de su problema, quizá sea el miedo a que el karma me castigue por tener malos deseos hacia otra persona. Pero en definitiva digo: cada uno recoge lo que siembra. Y pienso que el karma es más efectivo en caso de malas acciones que de buenas acciones. Muchas veces hemos escuchado aquello de "¿por qué a las buenas personas les suceden cosas malas", una de dos: o algo habrán hecho o el karma está ocupado con otras cosas.

No creo que haya que esperar a una supuesta reencarnación para que el karma actue. Ni siquiera creo en la reencarnación. Y el cielo o el infierno es algo que ya existe en vida, no hace falta morirse para comprobarlo. A veces he pensado que el karma más que algo perteneciente al universo, es algo que la humanidad crea con la fuerza de su mente de alguna manera y de forma casi inconsciente, es por esto que en ocasiones las leyes del karma no se cumplen, es una cuestión de mentalidad y fortaleza interna, es como si hubiese personas protegidas contra lo malo, y personas que sólo atraen desgracias.

No tengo explicación científica para esto, sólo años de observación.

Seguro que a más de uno de vosotros alguna vez os ha pasado que el karma os la ha devuelto, o que habeis tenido justicia sin haberla buscado.

Bien dice el refrán: siéntate a la puerta de tu casa a esperar y verás el cadáver de tu enemigo pasar.




martes, 1 de diciembre de 2009

Doblen sus apuestas


De nuevo una semana más siendo una observadora analítica del carnaval humano. En este caso el carnaval se convierte en una especie de casino en el que siempre se juega a dos bandas. Por si quedan dudas, el tema de hoy es: personas que juegan a dos o más bandas.

Hoy no me voy a centrar exclusivamente en el tema masculino o femenino, ya que el tema del doble juego se da en ambos casos.

Analizando objetivamente diversos casos que he visto a lo largo de los años, siempre llego a una misma conclusión: la persona que juega a dos bandas carece de autoestima.
Me explico, generalmente son personas incapaces de estar solas más de un par de meses, necesitan siempre alguien al lado para afirmarse a sí mismas como personas válidas en el ámbito amoroso. Pueden pasar años pululando de flor en flor (o de capullo en capullo jajaja) huyendo de ese vacío emocional que sienten, y creyendo en príncipes azules y que el amor todo lo puede. La parte oscura llega cuando les toca pisar la realidad, entonces caen en la cuenta de han perdido media vida viviendo una mentira. Porque para saber estar acompañado,hay que aprender primero a estar solo y lograr ser feliz así. Hasta ahí millones de personas han pasado por esto alguna vez.

Ahora llega la segunda parte: ¿qué ocurre cuando una persona no es suficiente y se necesitan extras?. Ocurre que deja de ser autoengaño para convertirse en engaño múltiple. Porque hay que ser valiente para jugar a dos bandas, y digo valiente en tono irónico, ya que siempre me resultaron las más cobardes este tipo de personas, porque engañan sin tener el valor de decir la verdad precisamente por miedo a perder lo que tienen. Y son capaces de decirle a las dos personas un te quiero sin inmutarse, y son capaces luego de no tener remordimientos. Lo más curioso es que cuando la farsa se descubre (es algo que ocurre inevitablemente) esa persona adopta el papel de víctima de la situación con la típica excusa de: ambos/as me importan. Otra mentira más. Si alguna de las dos personas importase, el juego a dos bandas no existiría, porque a veces hay que elegir y nunca queremos a dos personas por igual en temas de amor. Lo que sucede es que es muy cómodo disponer de variedad y atenciones por doble partida. Y si uno falla, queda el otro cubriendo la suplencia.

No deja de ser triste ver a personas que carecen de amor por sí mismas, que carecen de sentido de la responsabilidad, de sentido de la lealtad, y sobre todo: que carecen de personalidad propia para saber qué es lo que quieren. Y así mientras agotan sus vidas, perjudican la vida de otros a la larga.

Hay más cola en el vampirismo emocional que en la cola del paro, que ya es decir.

Y siempre hay alguien que paga las consecuencias de tan deleznable acto:suele ser la persona que ha dado todo de sí sin saber que estaba siendo engañada.

Siempre me ha indignado este tipo de comportamientos, personas que son capaces de cualquier estratagema sólo por tener a alguien que les caliente la cama, pensando que de ese modo van a ser más felices o se van a sentir más completos. Ya sabemos que el amor es una apuesta continua, pero lo mínimo es tener legalidad al apostar.

Tengo claro que jugar con alguien no es amarle por muchos "te quiero" que se suelten por la boca...porque por la boca vive y mata el pez.