miércoles, 18 de noviembre de 2009

Ahora


Ahora que termina el día y el cansancio se desborda por todos lados, me pongo filosófica haciendo recopilación de acontecimientos pasados y presentes. Tratando de ordenar ideas en una línea evolutiva. Aunque hablar de sentimientos no sea mi fuerte (algunos aseguran que no tengo de eso), mi cabeza da vueltas pensando en cómo era yo hace unos años cuando todo me lo tomaba a la tremenda, cuando la pasionalidad que le ponía a las cosas terminaban siempre en pelea. Ahora me río pensando que lo bueno de las peleas son las reconciliaciones. Pero no se puede pelear eternamente y mi época de estallidos acabó de un momento a otro, casi sin darme cuenta.
Resulta curioso ver a aquella yo y no reconocerla apenas a día de hoy. Ahora que todo es calma. Ya no discuto con las mismas ganas, o simplemente ya no discuto: me callo, agarro la puerta y salgo por patas. La yo de hace unos años me habría llamado cobarde. La yo de ahora me dice que es absurdo iniciar guerras que no conducen a ninguna parte.
No sé si son los años, o el irme cargando de nuevas responsabilidades, lo que hace que las cosas ya no me duelan tanto, o lo que hace que no me ría con los chistes o con las comedias.
Y todo mi mundo pasa por ese filtro llamado razón, todo, absolutamente todo, hasta el corazón. Unos me verán fría, otros irremediablemente lógica y práctica, otros ni siquiera me verán. No importa, la razón siempre nos da el alivio suficiente para creer que cualquier situación por mala que sea, acabará pasando. Incluso mi pasión por las personas o las cosas que hago pasan por ese filtro, pero no por ello vivo con menos fuerza o con menos ilusión. No puedo quejarme, a pesar de todo soy feliz siendo así, mis metas se van cumpliendo,y detrás de ellas vendrán otras,y así hasta la infinidad.
Ahora no me tomo los sentimientos con aquellas prisas de antes, y no es que no me importen, es que la fuerza de arranque no es la misma aunque la motivación sea enorme. A veces asusta pensar que me hago mayor cada vez que me pasa algo importante y me quedo como si nada. Da algo de miedo dejar de ser demostrativa con aquellos que quiero,pero en el fondo daría todo por ellos, lo malo es que no suelo decírselo. Lo bueno es que lo saben.

Ahora que se atropellan las semanas fugaces como estrellas de Bagdag,ahora que casi siempre tengo ganas de trepar a tu ventana y quitarme el antifaz...ahora que todos los cuentos parecen el cuento de nunca empezar...

Ahora que me veo en una canción...
http://www.youtube.com/watch?v=raf1xdL4OIE

2 comentarios:

  1. Se llama madurar...
    aunque hacer locuras de vez en cuando no viene mal :P

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  2. Se llama envejecimiento prematuro,siempre nos quedará la coenzima Q10 jajaja y la locura no es un factor que se relacione directamente con la edad,si hiciese una lista de mis locuras en la última semana estabamos aquí hasta mañana contando...

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