domingo, 28 de febrero de 2010

Él II


DIA 1
Menos cinco.Seguro que llego tarde otra vez.No sé por qué se empeñan en la empresa en cambiarme el horario de trabajo.Ahora más madrugones, atascos en hora punta...y coger el metro para evitarme horas de embotellamiento. No tiene pinta de que este vaya a ser el mejor día de mi vida.
Gente y más gente por todos lados,una no se da cuenta de la magnitud de una gran ciudad hasta que viaja en metro.Aunque tiene su encanto el observar cómo personas tan distintas se entremezclan en las estaciones,en cada tren,llegando incluso a tocarse...y saber que después de cada viaje no volverán a acordarse unas de las otras.
DIA 2
Parece que ya me voy adaptando a esta nueva rutina de bajar a este inframundo de túneles.Y como ser amante de las rutinas,me vuelvo a sentar en el mismo vagón,en el mismo asiento, como si estuviese asignado para mí.No me siento demasiado bien hoy,a pesar de haber dormido toda la noche me siento especialmente cansada. Siento que en cuaquier momento me quedaré dormida y apareceré en la otra punta de Madrid.
DIA 45
No me puedo creer que durante más de un mes,sentándome cada día en el mismo lugar siempre tenga enfrente al mismo chico.He de reconocer que las primeras semanas me parecía una especie de lunático obsesionado por las mujeres que viajan en metro.Poco a poco esto se ha convertido en un ritual,cualquier día me saluda...aunque casi mejor que no, sería algo incómodo. Ni que el metro fuese una discoteca. Tengo curiosidad,no puedo negarlo. En cierto modo hay algo en él distinto. Se pasa cada viaje mirándome, consigue ponerme nerviosa, afortunadamente siempre puedo esconderme detrás de mis gafas y hacer como si no me estuviese dando cuenta. A veces cruzo mi mirada con la suya fugazmente,giro la cara y sonrío para mis adentros como si fuesemos dos cómplices jugando a un juego de adolescentes mientras que el resto del mundo es ajeno a todo esto. Mentiría si dijese que no me gusta. Pero el hecho de que me guste da miedo.No sé nada de él, sólo que cada día cuando me subo ahí esta, como a la espera de algo. A veces en momentos de locura dejo volar la imaginación y pienso que en realidad sí nos conocemos.
DIA 50
Algo raro pasa,en estos días no se me va de la cabeza mi desconocido del metro.Anoche soñé con él, hay que ver las jugadas que hace el subconsciente cuando nos dormimos. En parte me siento avergonzada por soñar determinadas cosas, me veía con él tumbados debajo de un árbol en un parque,abrazados, me miraba y me sonreía como lo hace casi a diario cada vez que nos vemos. Me da miedo sentirme feliz aunque sea en sueños, con alguien de quien ni siquiera sé su nombre. Menos mal que no puede leerme el pensamiento, pero no creo estar más loca de lo que debe estarlo él. Por la manera en que me mira intuyo que quiere hablarme, y no pretendo ser vanidosa pero...creo que le atraigo.No sé, empiezo a estar confundida.
DIA 53
¿Por qué no me dice hola?¿O por qué no se lo digo yo?No,mejor no.A ver si al final son todo imaginaciones mías.Me he pasado todo el fin de semana fantaseando con que se acerque a mí y me hable, con saber cómo se llama. Hasta le invitaría a un café alguna vez, aunque seguramente le parecería demasiado atrevimiento viniendo de una total desconocida.
Mi parada...he de irme.
DIA 60
Otra vez frente a frente, no tengo más remedio que hablar conmigo misma y mirarle, con la estúpida idea de que sepa leer a través de mis ojos todas las preguntas que me gustaría hacerle: ¿cómo te llamas?,¿qué es lo que te trae hasta aquí cada mañana?,¿realmente te gusto?,¿vamos a tomar un café?,¿y si quedamos este sábado?,me gustas,creo que me estoy enamorando.¡Háblame por favor!
DIA 64 HORA 8:19
¡Joder!He llegado tarde, podría esperar y coger el siguiente tren, total por 4 minutos, lo malo es que ir en un vagón de metro sin verle a él no tiene gracia, no tiene ya ni razón de ser.Alguna vez tenía que romperse este ritual de encuentros puntuales. Mejor me subo a casa y cojo el coche, no parece una mañana de tráfico imposible.
Mañana llegaré más temprano, sólo espero que mi desconocido esté ahi esperándome...

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